He leído por ahí ese término. Resulta que hay empresas dedicadas a borrar los rastros que tú, inocente y confiado usuario de la red, has ido dejando en los diferentes lugares donde has opinado, te has inscrito, has firmado, has pertenecido, etc. etc. para ponerte fuera de los golosos y depredadores ojos de los miles de ladrones, estafadores, pederastas, acosadores, raptores, asesinos, degenerados y variopinta fauna que navega por esos mares de San Gúgul.

Por otra parte he leído por ahí una serie de técnicas y maneras de que tu página web aparezca de las primeritas en las listas de tan mentado santo (por cierto, lo llamo Gúgul por no escribir su nombre y que se dé más autobombo aún, el jodío).

Hasta aquí bien, salvo que tengo que dejar de leer tanto, pero la mezcla de ambos conceptos me ha llevado a hacer una minimigración interna de todos los chichis que componen esta página y eso es mitad suicidio digital -porque al cambiar las cosas de sitio san Gúgul se pierde y todos los enlaces que tenías se invalidan-, mitad técnica de publicitación que hará las cosas más fáciles a San Gúgul y ahora serán miles de millones los visitantes que por aquí pasarán.

De momento recibiré menos visitas, sobre todo, supongo, de los adictos a la carne. Espero que vosotros, fieles lectores habituales, no me abandonéis por éstas pequeñas tonterías.

Seguiremos informando.