Suzanne Vega
Suzanne Vega

No me preguntéis por qué, porque no lo recuerdo, pero esta mañana me ha venido a la memoria una canción oída hace casi treinta años que me impresionó en su momento. Sólo recordaba la autora, Suzanne Vega, y dos palabras de la letra «own reflection». Con esas herramientas, me sumergido en san gúgul y he encontrado la letra y el título de la canción: Tom’s Diner.

Una segunda búsqueda en youtube, repositorio actual, junto con la wikipedia, de tooodo conocimiento humano y, tras un ratito de acá para allá, he encontrado la versión que recordaba.

Veréis: Pongamos que estás en un bareto junto a la estación. Es por la mañana y vas inmerso en tu marcheta diaria. Te pides un café, te lees el periódico, fuera llueve, alguien entra, alguien se mira en el reflejo del escaparate… y de pronto el sonido de una campana te trae a la memoria el sonido de la voz de alguien a quien amaste y con quien compartiste una cena «antes de que la lluvia comenzase» -me encanta ésa imagen-. Luego la marcheta vuelve y continúas con tu vida.

Todo un ejercicio de repentización y delicadeza. A remarcar el ritmete de marcheta, que el idioma inglés hace especialmente posible, que nos cuenta un flash de cotidianeidad tras otro entre pequeños silencios. Y cómo la palabra «Bells» (campanas), enfatizada, marca el paréntesis de un ritmo distinto y lento entre dos silencios… para luego seguir con la marcheta.

Aquí la tenéis en su presentación «a capella» en los años ochenta.

Aquí tenéis la letra traducida.

Sentado por la mañana
en el restaurante de la esquina
Estoy esperando en el mostrador
Que el camarero me sirva el café

Y lo llena sólo la mitad
Y antes de que pueda quejarme
Se pone a mirar por la ventana
a alguien que está entrando.

«Es es agradable verte »
Dice el hombre detrás del mostrador
a la mujer que ha entrado.

Ella sacude su paraguas
y yo miro a otro lado
mientras besan sus saludos

Finjo no verlos
y en su lugar vierto la leche
Abro el periódico
Hay una historia
De un actor que había muerto
Mientras bebía

No era nadie de quien
hubiese oído hablar
y paso hasta el horóscopo
y busco los chistes

Entonces siento que
Alguien me observa
y levanto la cabeza

Hay una mujer afuera
Mirando el interior
¿Me está mirando?

No, en realidad no me ve
está mirando su propio reflejo

Y trato de no fijarme que
Que está subiéndose la falda
desde la cintura

Y mientras se endereza las medias
Su cabello se ha mojado
Oh, esta lluvia
continuará toda la mañana.

Mientras oigo las campanas de la catedral
pienso en tu voz
y en el picnic de media noche que hubo una vez
antes de que la lluvia comenzase…

Termino mi café.
Es hora de tomar el tren

Después la autora, la misma capaz de tal pequeña maravilla, se encierra en un estudio, se rodea de un montón de chichis electrónicos y… la caga. Se acabó la delicadeza, se acabó la marcheta cotidiana, se acabaron los silencios expresivos.

Luego produce un vídeo… y la caga todavía más. Se acabaron las imágenes de lo cotidiano. Apostemos por flashes que atonten al espectador…

Aquí tenéis la cagada:

No puedo entenderlo.