La dureza de las cosas
Desde que monté «El Portalito», hace exactamente 21 días he recibido un total de 3.968 mensajes en forma de comentarios indeseados. Me ofrecen, sobre todo, Rolex baratos y Viagra.
Mucha Viagra.
Montones de Viagra.
Gracias a dios aún no necesito plantearme, como el del chiste, aquello de «¡Mujer!¿Pero con quién cotilleas tú, por dios?», pero tanta Viagra rulando por ahí, como que me da qué pensar…
Lo que se decía hace unos años de: «Tanta tecnología que nos permite fabricar aviones increíbles que cruzan el mundo en un pispas… para llevar a un señor gordo y a sus niños a jugar con conchas en la playa…», hoy día sería: «Tanta tecnología de la internet de los cojones -valga la palabra por mera proximidad geográfica al destinatario viagrero- para conseguir que tu viejo amiguito se sitúe en «presenten armas» cuando llegue el momento…» ¿A eso le llamamos evolución? Me parece más sano lo de las conchas y los niños, todo sea dicho.
¿De verdad necesitan ellas con tanta urgencia un señor con el nabo como un ciprés, enhiesto pero flexible? ¿O somos nosotros los que tanto necesitamos complacerlas con la dureza de nuestra minga que hemos tenido que inventar la internet para que la viagra mane por nuestros e-mails a tuti-plen?
Sea como sea, mi pobre portalito ha empezado a navegar los mares de la inernet actual y se ha encontrado con que las cosas son mucho más duras que antes… o más blandas si hay que extrapolar el número de mensajes con la urgencia de los problemas. Esta internet ya no es mi internet. Esto -y aquello, a lo que parece- ya no es lo que era.
A la sospecha, certeza casi, que los ricos tienen de tí, en cuanto te conectas, de que eres un pirata y por la que has de pagar el chantaje del canon, ahora has de sumar la sospecha, certeza casi, que el mundo en general tiene de que ya no trempas lo que debieras, compañero.
Me temo que no queda lejos el día en que
A.- te presentes ante una señora con tu plenitud pletórica de fuerza, ansia y dureza y ella te mire con ojos sospechosos como preguntando «¿Tú también tonteas con el e-mail?»
B.- tengas que salir de casa meadito y lavadito porque, como se te ocurra ir al baño en la hora previa al deseado encuentro, ella te mirará con ojos sospechosos como preguntando «¿Vas a tomarte ahora la viagra, pichafloja?»
C.- el ángulo y la dureza de tu cipote no pase el control de calidad necesario y ella te mire con ojos sospechosos como preguntando «¿Tan roñoso eres que no compras Viagra? ¡Si la puedes comprar por e-mail con un 89% de descuento!»
Lo de los Rolex lo dejo para otro día…
Salut y força al canut, camaradas.
Pues yo pedí una vez… y no veas que desastre