Son días estos de cambios, crisis y despedidas. Otro de mis hijos se va a ir de casa en las próximas semanas y eso me pone de un agridulce humor.

La Escalera

Despacio, sube despacio. No te detengas ni pierdas la calma, que no pasa nada. No hay detrás de ti nada importante ni dejas aquí nada por lo que valga la pena volver la cabeza. Mira hacia delante.
Sube. Arriba vive lo que está por venir, arriba sucede lo que importa. Aquí abajo ya no hay nada, salvo el escalón que pisas lleno de polvo de infancia. Estuvo bien estar juntos. Fue casi como los versos del vino y las rosas: Tiempos sin un futuro inmediato, cuando aquél eterno presente nos unía fuerte y para siempre.
Pero cuando enfrentas una escalera no puedes ignorarla sin traicionar un poco aquello que eres tú. Nadie puede ser él mismo sin andar su propio camino… y el tuyo sube.
Sube, y de vez en cuando haz memoria, mira un poco hacia atrás y recuérdame, hijo mío…