Misterios sin resolver…. o vaya mafia estáis hechos.

El sudor corría por la cara del detenido. Una gota colgaba de la punta de su nariz como un moco despistado. El inspector sintió lástima por el tipo, al fin y al cabo él iba en mangas de camisa mientras al detenido no se le había permitido despojarse de su mono de motorista.
El inspector se atusó el bigote con gesto entre decidido y cansado. Acercó un poco más el foco de luz a la cara del detenido y dijo:
– Bien, una vez más, ¿eran suyas las bragas? Es inútil que lo intente ocultar, su cómplice esa tal Sandra ya ha confesado en la sala de al lado.
La frente del detenido pasó del rojo al pálido.
-¡Maldita traidora! No voy a caer solo… ¡Sí, eran mías! ¡Pero yo no tuve la culpa de su desaparición!
El inspector sintió alegría en su interior. Ya lo tenía. Pronto podría irse a casa. Al día siguiente la prensa contaría otro caso más solucionado por el gran MacFlanagan.
-Salió de su casa con ella puestas, entonces. ¿Cómo es que se deshizo de ellas en medio de tanto motero?
El detenido hizo un gesto de cansancio y resignación, pero en su voz se destacaba el orgullo de quien se sabe maestro en su campo.
-Eso fue fácil. Lo tenía todo planeado. Estaba muy oscuro y todos estaban bastante borrachos con aquél licor de café… ya sabe como son esas fiestas y esa gentuza… ¡Moteros! -casi escupió al decir la palabra- ¿quién me mandaría a mí mezclarme con ellos?
El detenido quedó en silencio, como vencido por su triste suerte.
-Continúe -le apremió el inspector- ¿Cómo llevó a cabo sus planes?
-No fue difícil. Hubo mucha confusión Martín… ese que usted conoce como Mackoy, el que se les escapó por la autovía en la redada, estaba… revoltoso, si usted me entiende. Todo el mundo lo miraba, pero no era suficiente, yo necesitaba algo de distracción superior. En un momento dado Mikli se empeño en quitarle las bragas a la Tany…creo que su nena.. ya sabe la gatita, había ido no sé dónde. Dicen que tienen líos porque ella está empeñada en demostrar que no está con él por su moto y se ha comprado una propia… el no le deja salir sola y siempre le manda su perro de presa, el Cuñao, para que la acompañe…
-Sé de quien habla- interrumpió el inspector- ese que tiene pinta de ser un Ángel del infierno.. en el fondo es blandito como mantequilla, ha confesado también al primer tirón de coleta…. ¿la tal Tany es la de la cazadora roja?
-Sí estaba tan preocupada en no mancharse la chupa nueva que descuidó sus bajos… ya le digo, el Mikli se empeñó en quitarle las bragas, creo que tuvo algo que ver ese licor de café…y hubo algo de follón… que aproveché.
-¿Cómo, exactamente?
-Me deslicé tras el coche de Pon. y allí me despojé de las botas con disimulo mientras mantenía mi sonrisa. Luego me bajé las cremalleras muy deprisa… soy rápido, en serio, pregúntele a cualquiera, antes era famoso por ello: QuickFloren me llamaban… me quité el mono, el cuerpo del delito y me volví a poner el mono a toda prisa… no creo que tardase más de 10 segundos. Nadie se dio cuenta…
-…Y aquí fue donde sus planes se torcieron ¿Verdad? Ocurrió algo que no esperaba… ¿Qué fué?¿Por qué tuvo que deshacerse de la prenda sin culminar sus planes?
El detenido se revolvió incómodo en la silla… -Todo parecía ir bien. La gente estaba despistada. El Fogatas hacía de las suyas ayudado por el licor de café y la mayoría estaba viendo a Mikli con las bragas de Tany en la cabeza… y entonces apareció un coche que iluminó la zona donde me hallaba. Era Tiramillas, ya sabe, el que lleva y trae la mercancía, con la Cynty y alguien más que no pude ver por el deslumbramiento… me sentí atrapado y tuve que lanzarlas de cualquier manera en el asiento trasero del coche…
La gente empezó a llamarme «Maese, Maeses, ¿dónde está el Maese?» y tuve que ir a saludar. Después ya no me dejaron un momento en toda la noche…
El inspector sintió algo de piedad por el detenido.
-¿Cómo pudo aguantar así toda la noche? Creo que yo no podría
-Con las tumbadas de la moto estoy algo acostumbrado al penduleo. No es lo mismo, pero el penduleo es el penduleo.
-¡Venga ya! No me vas a comparar…
-Los Moteros somos gente dura. Aunque tengo que reconocer que el mono puede ser áspero por dentro…
-¡Uff!- Se estremeció el Inspector. – ¿Qué ocurrió después?.
-Pues vera…-comenzó el detenido. En ese instante se abrió la puerta y un policía uniformado entregó una nota al Inspector. Éste la leyó un instante y dijo:
-Bien gracias. Puede retirarse.
Se volvió hacia el detenido y se aflojó la corbata… iba a ser una noche muy larga.
-Bien, Maese, o QuickFloren, o Floren, o como quiera que te llames… ¿crees que la policía es tonta? ¿es que no sabes que la gente como tú al final queda con el culo al aire siempre y se come sus marrones y los de los demás?¿Me has tomado por imbécil?
-Yo….
-¡No me interrumpas! Tu colega el Sebas ha confesado que llegasteis a la ciudad el Sábado por la mañana, no el viernes por la noche, que es la fecha en que el tal Mikli cometió su delito. Todo esto es un cuento chino… y mi paciencia se está acabando. Empezaremos de nuevo y ésta vez sin trucos ni mentiras… ¿Las bragas eran tuyas?
La gota de sudor cayó de la nariz del detenido e hizo un círculo oscuro sobre la mesa, bajo el foco. Otra gota comenzó a formársele en el mismo lugar….